-->

REALIZA UNA PEQUEÑA DONACIÓN




Sistema mixto hegemónico (1977-1988)


Lic. Gisela Santacruz Santacruz
José López Portillo ya presidente de la república en funciones en 1977, le encarga a su secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, el construir una reforma política que impidiera que se volviera a dar el caso de tener un solo candidato presidencial (justo como él llegó al cargo) y buscar la participación de más fuerzas políticas.
 Además creó una nueva figura electoral para darle espacio a las potenciales fuerzas representativas de la vida política mexicana, las asociaciones políticas, quienes podrían convertirse en partidos como consecuencia de sus resultados electorales.
Esta legislación de 1977 incorporó un sistema de representación proporcional que coexistiera con el de mayoría. Se convirtió así, en un sistema electoral mixto, multipartidista aunque todavía con una clara hegemonía ejercida por el PRI y con una oposición reducida a su mínima expresión representada con el PAN y otras fuerzas políticas, principalmente de izquierda.
          Se promulga la LFOPPE, que significaba un relativo avance en materia de democracia. Ya que, no sólo brindaba más y nuevos apoyos a los partidos ya existentes, sino que además incentivaba la participación de otras fuerzas políticas, especialmente las de izquierda que hasta ese momento habían permanecido al margen de la participación electoral y política.
          Por ello fue de relevancia que esta nueva legislación estuviera acompañada de una ley de amnistía que beneficiaba principalmente a luchadores sociales principalmente de izquierda, algunos presos y otros prófugos de la justica, que así pudieron encontrar cause a sus posiciones políticas e ideológicas.
          Creó esta nueva legislación un órgano colegiado Comisión Federal Electoral,  que se iba a encargar de muchas de las acciones fundamentales de los procesos electorales, como el registro de partidos y de candidatos, la configuración de los órganos estatales, distritales y Locales, retomando el método de insaculación para su integración, todo esto reduciendo por lo menos en las formas, el papel que hasta ese entonces jugaba la Secretaría de Gobernación Federal.
          Además, relajó las condiciones para hacer un partido político al bajar el porcentaje mínimo de votación nacional para tener derecho a registro oficial como organización política (a 1.5% contra el 2.5% que estaba antes), asimismo condicionó el registro a tener afiliación mínima de 3 mil militantes en la mitad de las entidades o de los distritos electorales (antes pedía 2 mil 500 en las dos terceras partes), además de que declaró a los partidos como parte del interés público.
          Esta apertura trajo como consecuencia que en las elecciones de 1979 alcanzaran el registro tres partidos políticos más, de los ya reconocidos PRI, PAN, PARM y PPS, estos fueron: el PCM, el PST y el PDM. Las boletas electorales tuvieron ahora a siete opciones.     
          Además que debido a la obligatoriedad de que los partidos propusieran candidatos en todos los cargos bajo pena de perder el registro, hizo que la concurrencia de candidatos creciera de manera exponencial, como nunca antes se había visto en el sistema electoral mexicano.
          A continuación, en el cuadro 2.3, se ve cómo el partido hegemónico va perdiendo aunque poco a poco, su aplastante mayoría, con respecto al principal partido de oposición PAN y en relación a las demás fuerzas políticas emergentes, luego de la reforma de 1977 sube 0.5% en 1982, y baja hasta 52% en 1988. Es en esta fecha, que se refleja un cambio considerable de la representación del PRI y el reparto del poder en el Congreso.

El sistema de partidos en la Cámara de diputados
Sistema electoral mixto con sistema de partido hegemónico
(1979-1988)[1]
Año elección
1979
1982
1985
Legislatura
LI
LII
LIII
PAN
43 (4/39*)
51 (1/50*)
38 (6/32*)
Porcentaje
11.56
12.75
9.5
PRI
296 (296/0*)
299 (299/0*)
299 (299/0*)
Porcentaje
74
74.5
73
PPS
11 (0/11*)
10 (0/10*)
11 (0/11*)
Porcentaje
2.75
2.5
2.75
PARM
12 (0/12*)
11 (2/9*)
Porcentaje
3
2.75
PAS
10 (0/10*)
12 (0/12*)
12 (0/12*)
Porcentaje
2.5
3
3
PMS
Porcentaje
PFCRN
10(0/10*)
11 (0/11*)
12 (0/12*)
Porcentaje
2.5
2.75
3
PRT
6 (0/6*)
Porcentaje
1.5
PMT
6 (0/6*)
Porcentaje
1.5
PSUM
17 (0/17*)
12 (0/12*)
Porcentaje
4.25
3
PCM
18 (0/18*)
Porcentaje
4.5
Total diputados
400
400
400
Tabla 7 Pluralidad en la Cámara de Diputados y mayorías parlamentarias 1979-1988.

          Sin embargo, a pesar de que las opciones en las boletas electorales se multiplicaron, y al parecer había más competencia y representación, la realidad era que el sistema electoral de nuestro país seguía sosteniendo a un partido poderoso. El control del PRI sobre la cámara de diputados, el Poder Ejecutivo y en general en la conducción del país, continuó por muchos años más.
          Si bien el régimen aparentemente buscaba relajar un poco el control, perdiendo la mayoría calificada y ganando la absoluta, la verdad es que en el fondo seguía manteniendo bajo su tutela dos aspectos fundamentales de los procesos electorales:
a) Una concentración de los movimientos y procesos electorales a través de una CFE integrada por un representante de cada uno de los partidos registrados y reconocidos, un representante de diputados y uno de senadores, un notario público con derecho a voto y todos presididos por el titular de la Secretaría de Gobernación.
b) Y la imposibilidad de participación como aspirantes a ningún ciudadano que estuviera fuera de los partidos políticos nacionales registrados (proscribiendo a los partidos regionales).
Esto significaba en la práctica, que la reforma de 1977 no abandonaba los dos lineamientos básicos de configuración electoral que la ley de 1946 estableció, sino que los adecuaba a las necesidades planteadas por las presiones políticas de las últimas dos décadas.[2]

          Las características del sistema electoral mexicano que predominaron prácticamente hasta 1977, se pueden resumir en:

… la fuerte centralización de todos los procesos políticos y electorales en órganos del Ejecutivo Federal, como la Secretaría de Gobernación, o dominados por él, como la Comisión Federal Electoral y el Registro Nacional de Electores; la autocalificación de los procesos electorales por miembros del partido oficial, sin que a la oposición le queden recursos efectivos de apelación, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió, desde 1949, no intervenir en materia política-electoral; la fusión, sobre todo en tiempos de elecciones, del partido del Estado y la administración pública, que pone al servicio de aquel sus recursos humanos y materiales; la coexistencia de partidos de oposición y de partidos de ‘apoyo crítico’ a la izquierda y a la derecha del partido de Estado; y destacadamente, la aplicación sistemática de procedimientos de manipulación electoral por parte del PRI y de las agencias electorales gubernamentales…[3]



[1] Cuadro realizado con base en los datos de Reynoso, Víctor, “Sistemas de partidos y sistemas electorales en la federación mexicana. Puebla y los congresos federales: dos casos contrastantes”, en Caja negra, revista de Ciencias Políticas y Humanidades, número 7, año 2009, 67-77 pp. Y, con datos de Sainez, Alfredo, “Los sistemas electorales y de partidos en la composición del Poder Legislativo Mexicano,” página 27, Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, octubre 2006, consultado en junio 2015, disponible en: http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/redipal/REDIPAL-02-06.pdf.
Notas: *Diputados de representación proporcional.

[2] Molinar Horcasitas, Juan. Op. Cit., p. 98.
[3] Ibidem, p. 28.

Click to comment

Temas relacionados

Entradas populares