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ATRIBUCIONES DEL LEGISLATIVO Y SUS LIMITACIONES ANTE EL EJECUTIVO


Lic. Gisela Santacruz Santacruz

Tanto la Constitución Federal como la de Tlaxcala definen con claridad las atribuciones que corresponden a cada uno de los órganos del Estado; así como los momentos en que habrán de interactuar para generar los contra-pesos y equilibrios necesarios para la democraticidad de sus funciones.   

Funciones principales del Legislativo Mexicano

Como ya se ha analizado, el Legislativo Mexicano y sus pares en las entidades federativas cumplen con cuatro funciones principales. Para el caso del Congreso de Tlaxcala podemos señalar que son:

-       Presentar iniciativas  y aprobar leyes;
-       Fiscalizar los recursos públicos que ejercen los poderes Ejecutivo y Judicial, municipios y organismos autónomos;
-       Gestionar recursos ante las diferentes instancias gubernamentales y privadas para el beneficio ciudadano; y
-       administrar el dinero que les es asignado para apoyar gestiones ciudadanas y de infraestructura en sus respectivos distritos.

 Esta particularidad se presenta en Tlaxcala desde la LVI Legislatura, en la    cual se instituyo el presupuesto para gestión ciudadana.

          A pesar de ello, la integración de las cámaras, los acuerdos políticos y la falta de una legislación orientada a la división y equilibrio de poderes, ha dejado al Legislativo sin medios de defensa ante las acciones injerencistas del Ejecutivo estatal.

 Durante la mayor parte del siglo XX, el régimen de partido único llevó a que la voluntad del Ejecutivo fuera acatada sin mayor discusión. De ésta forma leyes y cuentas públicas pasaron por la Cámara de diputados únicamente para simular que cumplían con el procedimiento legislativo.

          En el ámbito nacional hacia 1990, partidos políticos como Acción Nacional y el de la Revolución Democrática comienzan a cobrar más fuerza. Por primera ocasión el partido hegemónico pierde algunas gubernaturas y la oposición alcanza nuevos escaños en el Poder Legislativo Federal y en las cámaras estatales. A pesar de estas victorias y de la asignación de legisladores plurinominales, el contexto político no cambió porque las normas estaban diseñadas para favorecer al partido que electoralmente obtuviera la mayor cantidad de votos.
          Esto se observa claramente en el caso de Tlaxcala. En la LVI Legislatura el PRI obtiene por la vía de mayoría relativa 16 de 32  escaños, lo que ya representaba el 50% de la Cámara. Sin embargo, al aplicar la fórmula para la asignación de escaños por la vía plurinominal, aún le suman un diputado. Esto significó que mientras el PRI tuvo 17 curules, el segundo partido con más fuerza (PRD) obtuvo apenas 8 diputaciones. Durante ese periodo el gobernador Alfonso Abraham Sánchez Anaya era  de  filiación perredista, debía cohabitar con un Legislativo de mayoría priista; en donde las decisiones de los legisladores no se caracterizaron por ser particularmente opuestas a lo que él proponía.
           La LVII Legislatura tuvo un mayor equilibrio de fuerzas, ya que la diferencia entre los grupos parlamentarios del PRI y PRD fue mínima siendo de apenas tres legisladores.

LA PRIMERA ALTERNANCIA DEL PODER EJECUTIVO EN TLAXCALA

Debe destacarse que la relación con el gobernador permaneció en la cordialidad y sin mayores cuestionamientos. También,  durante la gestión del primer gobernador de alternancia en Tlaxcala, se observaron dos elementos atípicos en favor del Poder Legislativo:
1.- Se asignó una partida financiera que ejerció cada diputado de forma discrecional.
2.- Se incrementó el presupuesto general del Poder Legislativo.

POR LA SEGUNDA ALTERNANCIA DEL PODER EJECUTIVO

Tlaxcala vive en 2004 una nueva alternancia del partido en el gobierno. Fue el abanderado de Acción Nacional, Héctor Israel Ortiz Ortiz, quien resulta electo como titular del Poder Ejecutivo Estatal; en tanto el PRD se convierte en la fuerza dominante en el Congreso. Si bien en la votación tanto perredistas como de la coalición integrada por el PRI y el Partido Verde Ecologista de México  obtuvieron el mismo número de escaños; la distribución de diputados por representación proporcional fue decisiva para que el PRD se consolidara como mayoría en el Congreso Local.
     En el 2007 el partido en el poder dio impulso a las elecciones legislativas y arrasó en el congreso estatal en conjunto con el partido político local Alianza Ciudadana (PAC). De los 19  escaños que se elegían por el principio de mayoría relativa, esta alianza obtuvo 14 y los 5 restantes fueron para el PRD. Los demás partidos políticos accedieron al Poder Legislativo por la vía de la representación  proporcional, obteniendo el PRI 3 diputados,  PRD 3,  PT 2,  PS 2 y,  Convergencia,  Nueva Alianza,  Verde Ecologista de México 1 respectivamente. Con esta composición legislativa, la lógica de la mayoría y la proporcionalidad de fuerzas, indicarían que el PRD debería presidir comisiones ordinarias en proporción a su número de diputados. No obstante, el PRI y el PAN configuraron la mayoría hegemónica que se plantea como categoría de estudio en el presente proyecto de investigación; logrando con ello el número de votos que señalaba la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Tlaxcala y a través de dicha mayoría impidieron que el PRD  presidiera comisiones legislativas. 
          Estos acuerdos terminaron por beneficiar al priismo tlaxcalteca en la siguiente elección (2010), pues pasaron de no tener diputados por mayoría a ser la primera fuerza política con 9 legisladores electos por este principio y uno más por la vía plurinominal. Acción Nacional se colocó en la segunda posición dentro del Congreso con un total de 9 legisladores por ambas vías; mientras que la izquierda fue relegada a 4 diputados en el caso del PRD y 3 del PT.
          Tal como se ha podido observar en el desarrollo de esta investigación, el hecho de que un partido contrario al Ejecutivo fuera mayoría en la Cámara, no significó necesariamente un mejor debate parlamentario o una mayor independencia de las decisiones del Legislativo.

PARTICIPACIÓN SIMBÓLICA DE LAS MINORÍAS LEGISLATIVAS

Es necesaria una reforma que conduzca a un mayor equilibrio en las decisiones, la  cual tendría que contemplar un mecanismo en el que todos los partidos, aunque sólo tengan un representante en la tribuna más importante del Estado, ejerzan una auténtica influencia en dichas determinaciones y oponerse a la mayoría. De lo contrario, las minorías legislativas continuarán ejerciendo una participación meramente simbólica. 
La clase política ha creado una falsa idea en cuanto a la concepción de la democracia y la regla de mayoría dentro de ésta. En esa significación distorsionada del ideal democrático, se ha impuesto una mayoría hegemónica, sin embargo, han sido omisos en el principio de la representación de las minorías.  Ésta tiende a ser prácticamente nula no sólo en detrimento de los diversos sectores que integran a la sociedad; sino en favor de los intereses que posee la clase política, particularmente ésa que tiene en sus manos la facultad ejecutiva del poder estatal.
          Un seguimiento a la renovación de los escaños y de los puestos en el gobierno lleva a pensar que las alianzas en el interior del Congreso se asocian con el deseo de los legisladores por continuar como miembros de la clase política; si bien ya no como representantes del pueblo, ahora como parte de la estructura de la administración pública. Además, es preciso que se establezcan nuevos mecanismos de interacción entre el Ejecutivo y Legislativo que abran espacios para la discusión de los problemas sociales y sus alternativas de solución.
Cabe recordar que si bien los representantes de ambos órganos son postulados por un partido político, en el momento de acceder a sus funciones tienen el compromiso de representar los intereses de la población en general. Por lo tanto se requiere fortalecer al Legislativo y a los diferentes puntos de vista que lo integran, pues es la única manera de hacer contrapeso a las decisiones del Ejecutivo.
          Giovanny Sartori ha señalado que el papel de la oposición no debe ser obstruccionista, ya que la oposición sistemática a las decisiones del Ejecutivo resultaría facciosa. El espíritu del Poder Legislativo debe consistir en ejercerse como un contrapeso del Ejecutivo a través de la revisión minuciosa de las iniciativas de ley que envíe al Congreso Local. Ser una oposición que argumenta y construye, y no una que obstruye y descalifica. La fiscalización es el otro mecanismo en donde el Poder Legislativo debe ejercerse como un órgano de control en el ejercicio público. Esta función impacta en la equidad de los procesos electorales y en el combate a la corrupción. La fiscalización debe inhibir el uso discrecional de los recursos públicos y favorecer el gasto responsable de los mismos. 

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