TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRÍA
LAS MINORÍAS LEGISLATIVAS EN EL CONGRESO DEL ESTADO DE TLAXCALA. UNA PROPUESTA DE REDISEÑO INSTITUCIONAL
Introducción
Para la política contemporánea el estudio
Local adquiere cada vez más importancia. La transición política resulta difícil
de interpretar sin mirar los gobiernos Locales y analizar las formaciones
electorales, así como cambios, que allí se den. Es cierto que el Partido
Revolucionario Institucional se presenta como un caso excepcional y único de
sistema hegemónico; empero, es importante la observación de los procesos
estatales para entender las organizaciones políticas, sucesiones en el poder,
intereses políticos, transiciones, grupos fácticos de poder, cacicazgos y el arbitraje entre estos intereses.
El presente estudio del Poder
Legislativo en Tlaxcala permite comprender lo que fue el PRI clásico: Ejecutivo
y sistema del partido hegemónico. Dominio que permeó en la entidad para
consolidar las bases de la cultura política estatal, las instituciones, la
burocracia y las distintas características que fue tomando el sistema de
competencia electoral. Hay que remarcar que el sistema hegemónico fue boyante mientras
evitó las salidas, cuando consolidó una norma, uso y costumbre institucional,
marcada de forma popular con el lema “Dentro del PRI todo, sin el PRI nada”. El
partido hegemónico creo dos matices
funcionales para alcanzar su propia legitimidad: por un lado el de la
representatividad (corporativismo) y por el otro el de la categoría de
funcionalidad al ámbito externo (Eficacia Gubernamental).
El sistema de partidos políticos que
se instauro en la época posrevolucionaria a nivel nacional fue uno de partido
hegemónico que monopolizó el poder de la política nacional y que toleraba la
existencia de contendientes que no representaban una competencia susceptible de
triunfos. La existencia de alguna competencia se limitó a un segundo término y
con poco o nulo poder político electoral. Por varias décadas los partidos no
fueron ni los instrumentos para realizar políticas públicas ni los
representantes de intereses de sectores o grupos sociales.
Tlaxcala fue, como otras entidades de
la república, un Estado gobernado por el priismo más característico del régimen
posrevolucionario. Un gobernador sometido al centro político del país; pero,
capaz de someter a la clase política de su entorno así como al resto de las
instituciones estatales. De los vínculos presidenciales dependía la
gobernabilidad interna, si el gobierno local resultaba eficiente se permitía
una réplica del presidencialismo autoritario a nivel particular. Los estados también experimentaban la
indivisión de poderes, el corporativismo, la desventaja electoral y todas las
virtudes del Partido Oficial. La institución de control más importante se
representaba en el gobierno estatal.
Las primeras oleadas de alternancia
política en el Poder Ejecutivo estatal beneficiaron a Tlaxcala. Desde 1998 el
modelo de la alianza polipartidista pragmática se ha empleado como mecanismo de
coalición dominante en el ámbito electoral, este modelo es aplicado en las
elecciones a gobernador y demuestra que, para poder llegar a la alternancia, es
necesario la participación y asociación de diferentes partidos políticos. Se
logra entender por coaliciones políticas en un contexto general, la asociación
de partidos políticos con un mismo objetivo. Las coaliciones políticas fueron
sucediendo a nivel nacional demostrando un impacto al momento de medir la
fuerza contra el partido hegemónico.
Cuando se va analizando la
alternancia política las externalidades son marcadas por diferentes rasgos y no
solamente la formación de una coalición anti-hegemónica. El momento interno y
externo que vivía el PRI, las formaciones políticas en otros Estados y el
trasfuguismo político de candidatos y con ellos de grupos de poder que permiten
un control de las elecciones, hicieron su aportación en el realineamiento
electoral, el cambio político y las alternancias en el gobierno estatal y
municipal.
Con todo ello, es importante mencionar que determinadas prácticas e
instituciones informales del partido hegemónico no han terminado. Las
alternancias y competitividad electorales, no se han traducido en prácticas
democráticas y gobernabilidad responsable. Por el contrario, en cada sexenio se
observa la construcción de un gobierno estatal fuerte que somete a los poderes
institucionales y que trata de revivir, a nivel local, el autoritarismo
Ejecutivo. Es representativo del fenómeno el papel del Poder Legislativo en
donde, un grupo de legisladores adictos al personaje del gobernador, someten
gran parte de la institucionalidad y función de la Legislatura local. Gobernadores de distintas filiaciones
partidistas, subyugan a los Congresos de los estados, generan corrupción y se
empoderan como barones feudales en contraposición al republicanismo que la
democracia exige. Se diluye la representación política, las ideologías, los
proyectos de gobierno, la ciudadanía, etc., para dar paso a carreras políticas personalísimas
donde el gobernador en turno emplea todos los recursos para hacer brillar su
persona. El Ejecutivo Estatal usa facultades metaconstitucionales para conminar
a los actores políticos a no disputarle la distribución política, económica y
social del poder. Cuando algún ente irrita al gobierno; entonces, las
instituciones se vuelven en su contra confundiendo la gobernabilidad con la
represión. Las diferencias entre el Ejecutivo y Legislativo, en muchas
ocasiones, constituyen chantajes más que señalamientos pertinentes sobre
políticas públicas, presupuestos o proyectos de ley; incluso, los principales
legisladores vienen a ser los representantes del Poder Ejecutivo. La
participación del Poder Judicial es insuficiente.
Debido a los realineamientos
partidistas se ha generado diversas alternancias en el gobierno estatal de
Tlaxcala. La hegemonía de un partido o coalición se transforma en volátil.
Empero, aún no llega una gobernabilidad democrática basada en la división de
poderes y la convocatoria social legítima de una ciudadanía participativa.
La idea principal del presente estudio considera que, dentro de la
construcción democrática en Tlaxcala, juega un papel significativo el Poder
Legislativo. Para evitar la construcción de gobiernos Locales autoritarios y
corruptos, así como la implementación de políticas públicas que no benefician a
la sociedad y generan empobrecimiento y clientelismo en el largo plazo, es
necesario recuperar el papel sistémico del Poder Legislativo. Por tal razón, la
hipótesis del trabajo afirma: la protección de las minorías legislativas en el
Congreso Estatal mediante el rediseño institucional del Poder Legislativo a
través de una reforma constitucional y a la legislación secundaria constituyen
un paso fundamental en la protección de las minorías.
Las minorías legislativas incentivan
la participación para permitir procesos de gobernabilidad democrática, al
tiempo de que se responsabilizan de su actuación a los electores. Mientras no
se incentive y proteja la participación de las minorías políticas, sobre todo
en los poderes legislativos, las bondades de la división de poderes no
permitirán la consolidación democrática que está más allá de los recursos
procedimentales que las elecciones limpias y competitivas ofrecen.
El presente trabajo está compuesto
por dos apartados. La primera parte ahonda en una discusión histórica-jurídica
de la función legislativa en el presidencialismo así como la evolución del
sistema político mexicano. En la segunda parte se observa la historia política
contemporánea de la transición democrática en el Estado de Tlaxcala y se explica la forma en que, no
obstante la competencia electoral, alternancias y realineamientos, se podría
contribuir a la consolidación democrática con una visión diferente del Congreso
Local y las minorías políticas. Finalmente, las conclusiones evalúan la prospectiva de la democracia en el
Estado de Tlaxcala.