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De la hegemonía a la pluralidad legislativa

Lic. Gisela Santacruz Santacruz

El ejercicio democrático ha implicado una serie de reformas al sistema político-electoral que condujeran a una mayor participación de sectores y fuerzas políticas que hasta antes de los años ochenta tenían poca presencia en la vida política del país y de las entidades.  Han sido numerosos los factores que han contribuido al lento desarrollo de la democracia en México. Alonso Lujambio da un panorama general de esta situación en el texto “De la hegemonía a las alternativas: diseños instituciones  y el futuro de los partidos políticos en México”, en el que afirma:

“No ha habido en México una pluralidad de partidos políticos sólidos, bien institucionalizados y organizados como aparatos electorales, en primer lugar porque el sistema  de partido hegemónico ha desincentivado la creación y organización de las alternativas[1].”

       Si bien la legislación no prohibía la creación de nuevas fuerzas políticas, el contexto sí impedía que éstas llegaran a consolidarse. Por lo que fue necesario reformar las reglas del juego y propiciar que las nuevas asociaciones o partidos políticos tuvieran espacios de representación.   La mayor parte de estos cambios han tenido lugar los últimos treinta años y es en ése lapso de tiempo que se han creado nuevos partidos políticos, hasta llegar a tener ocho a nivel nacional y dos más que actualmente cuentan con registro en el Estado de Tlaxcala. Con el surgimiento de estas nuevas fuerzas políticas los órganos de gobierno, su funcionamiento y su interacción con la ciudadanía también se vieron modificados. No bastaba con que se crearan nuevos partidos políticos, sino se precisaba que estuvieran representados en los órganos del Estado. Tal como se ha venido analizando en este capítulo, la conformación del Poder Legislativo desde las fuerzas políticas en su interior, los sectores sociales que están presentes en él y los órganos de gobierno que lo hacen funcionar; son los mismos que dan vida e impactan directamente en sus procesos y  resultados.
          La pérdida de la hegemonía por parte de un político define un nuevo escenario y trae consigo formas diferentes de actuar; esto se debe a lo que González llama movilidad de los límites y fronteras políticas. La transición de una etapa en la que había un partido hegemónico en el Congreso como se ilustra en la gráfica 1  a otra en la que se fue abriendo paso para nuevas fuerzas políticas ha tenido importantes repercusiones en una variedad de sentidos. Como es posible apreciar en la siguiente gráfica 2, la pluralidad en el Legislativo ha tenido un cambio significativo desde que el partido imperante perdiera la elección al Ejecutivo Estatal.


          Si en un principio el Partido Revolucionario Institucional conjuntaba más del cincuenta por ciento de los escaños, con el paso de los años llegó al punto de tener una representación apenas por arriba del 9%. Como se observa en la Grafica 2 la tendencia a partir de 1999 ha sido una creciente integración de otros partidos políticos a la vida legislativa. Ciertamente ha habido partidos o alianzas que han tenido una representación mayoritaria; no obstante, ésta ha dejado de ser suficiente para aprobar  sin más algunas iniciativas



[1] Elaboración propia con información del archivo del Congreso del Estado de Tlaxcala.


[1] Lujambio, Alonso. 1995. “De a (sic) hegemonía a las alternativas: diseños institucionales y el futuro de los partidos políticos en México”, en revista Política y Gobierno, Centro de Investigación y docencia Económicas (CIDE), Vol. II, No. 1, 1995. Pág. 1. Consultado en http://www.políticaygobierno.cide.edu/index.php/pyg/article/view/591


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