Lic. Gisela Santacruz Santacruz
Esta reforma electoral consolidó
el control de la “familia revolucionaria”
sobre la política nacional, permitió
que existiera una cierta “oposición” controlada, que sirviera como válvula de
escape para la política nacional que todavía se encontraba inquieta, pero sobre
todo sirvió para canalizar los desacuerdos por cauces pacíficos, dejando
prácticamente a un lado la tentativa armada que muchos caciques regionales
querían ejercer para conseguir influir en la conducción política del país.
A partir de 1946 y hasta la Legislatura XLV
(1961), el PRI consolidó un buen
control sobre la Cámara de Diputados, dejando al principal partido de oposición
con una presencia porcentual de no más de un dígito.
El sistema de
partidos en la Cámara de diputados
|
||||||
Sistema
electoral uninominal con sistema de partido hegemónico
(1946-1961)[2]
|
||||||
Año elección
|
1946
|
1949
|
1952
|
1955
|
1958
|
1961
|
Legislatura
|
XL
|
XLI
|
XLII
|
XLIII
|
XLIV
|
XLV
|
PAN
|
4
|
4
|
5
|
5
|
6
|
5
|
Porcentaje
|
2.72
|
2.72
|
3.11
|
3.73
|
0
|
2.81
|
PRI
|
141
|
142
|
151
|
153
|
153
|
172
|
Porcentaje
|
97.24
|
96.59
|
95.59
|
95.62
|
95.03
|
96.62
|
PPS
|
1
|
2
|
2
|
1
|
1
|
|
Porcentaje
|
0.68
|
1.26
|
1.25
|
0.62
|
0.56
|
|
PARM
|
1
|
|||||
Porcentaje
|
0.62
|
|||||
Total diputados
|
145
|
147
|
158
|
160
|
161
|
178
|
Tabla 5 Pluralidad en la
Cámara de Diputados y mayorías parlamentarias.
Contrario a lo definido por las Leyes de Duverger de que un sistema
plural de mayoría simple tiende a convertirse en un sistema bipartidista, en
México, al tratarse del establecimiento de un sistema de un partido hegemónico con control sobre los procesos
electorales y sus contendientes, este partido (PRI) tuvo el mando total del Poder Legislativo,
además del Ejecutivo y en gran parte
también del Poder Judicial hasta
prácticamente al final del siglo XX.
La “crisis” de la reforma de 1946
Y, aunque el PAN se había mantenido conforme con
este sistema, y con derecho al pataleo,
en las elecciones de 1958 se niega a
reconocer los resultados electorales, lo cual, pone al régimen en
serios problemas, pues el PAN era
una oposición “necesaria” para justificar de alguna manera la existencia de un
partido hegemónico y sobre todo legitimarlo.
… Configurado
como un partido pluriclasista, catch all
votes, heredero de la Revolución y portador del proyecto nacional en
marcha, el PRI necesitaba partidos a su
izquierda y a su derecha. A su izquierda contaba con el PPS y a la derecha
con el PAN. Ambos parecían insustituibles, pues las alternativas políticas
de la época resultaban menos tolerables para el régimen (la Unión Nacional
Sinarquista a diestra y el Partido Comunista Mexicano a siniestra, por
ejemplo)…[3]
Esto, aunado a los serios
problemas sindicales y sociales en general que el régimen y el país enfrentó a
finales de los años cincuenta como la violencia que se vivió en los movimientos
magisteriales y ferrocarrileros, los conflictos surgidos con los petroleros, el
surgimiento de movimientos campesinos como la Central Campesina Independiente o
la UGOCM, el movimiento de los copreros de Rubén
Jaramillo en Guerrero, algunos más como en San Luis Potosí, y Chihuahua,
además de la formación del Movimiento de
Liberación Nacional encabezado nada más que por el expresidente Lázaro
Cárdenas, y algunos otros, nos permite ver que el régimen autoritario priista
no podía seguir manteniendo al margen a otras fuerzas políticas del “sistema democrático” mexicano. No tanto
por vocación “aperturista” o deseo democrático, sino más bien buscando mantener
un férreo control político sin mayores cambios a su monopolio gubernamental.
Esto preparó el terreno
para hacer algunas modificaciones en el marco jurídico electoral que se propusieran
mantener al orden que el régimen autoritario priista mantuvo hasta casi final
del siglo XX.
[1]
Camacho Vargas, José Luis: “Historia
e ideología del continuum PNR-PRM-PRI”,
Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, no. 2, 2013. consultado en mayo de
2015: p. 152.
[2] Cuadro realizado con base en los datos de
Reynoso, Víctor, “Sistemas de partidos y sistemas electorales en la federación
mexicana. Puebla y los congresos federales: dos casos contrastantes”, en Caja
negra, revista de Ciencias Políticas y Humanidades, número 7, año 2009, 67-77
pp. Y, con datos de Sainez, Alfredo, “Los sistemas electorales y de partidos en
la composición del Poder Legislativo Mexicano”, 27 pp. Cámara de Diputados del
Honorable Congreso de la Unión, octubre 2006, consultado en junio de 2015 de:
[3]
Molinar Horcasitas, Juan. Op. Cit., p.
55.