Relación entre los poderes Ejecutivo y Legistalivo
En un sistema como el que propusiera Montesquieu y el cual fuera adoptado
por numerosos países, el ejercicio del poder recae en diferentes instituciones
(Ejecutivo, Legislativo y Judicial); cada una de las cuales, además de cumplir
con funciones específicas, frena y vigila la actuación de los demás.
Tratándose de los poderes Ejecutivo y Legislativo en México,
la relación ha estado llena de vaivenes en nuestros dos siglos de historia. Sin
embargo, tras el fin del movimiento revolucionario iniciado en 1910, el Legislativo ha ido ganando terreno
al momento de vigilar, fiscalizar, aprobar u obstruir las actividades presidenciales
y del gabinete.
Las facultades del Legislativo y del Ejecutivo bajo la Constitución de 1917
A propósito de las facultades del Legislativo y del Ejecutivo respecto al
otro, la Constitución de 1917 señalaba las siguientes:
“Art. 73. El Congreso tiene
facultad:
VII.- Para imponer las
contribuciones necesarias a cubrir el Presupuesto.
VIII.- Para dar bases sobre
las cuales el Ejecutivo pueda celebrar empréstitos sobre el crédito de la
Nación; para aprobar esos mismos empréstitos y para reconocer y mandar pagar la
deuda nacional.
IX.- Para expedir aranceles
sobre el comercio extranjero y para impedir que en el comercio de Estado a
Estado se establezcan restricciones.
X.- Para legislar en toda la
República sobre Minería, Comercio, Instituciones de Crédito, y para establecer
el Banco de Emisión Único, en los términos del artículo 28 de esta
Constitución.
XI.- Para crear y suprimir
empleos públicos de la Federación y señalar, aumentar o disminuir sus
dotaciones.
XII.- Para declarar la
guerra, en vista de los datos que le presente el Ejecutivo.
XX.-. Para expedir las leyes
de organización del Cuerpo Diplomático y del Cuerpo Consular mexicano.
XXVIII.- Para constituirse
en Colegio Electoral y elegir al ciudadano que debe substituir al Presidente de
la República, ya sea con carácter de substituto o de provisional en los
términos de los artículos 84 y 85 de esta Constitución.
XXIX.- Para aceptar la
renuncia del cargo de Presidente de la República.
XXX.- Para examinar la
cuenta que anualmente debe presentarle el Poder Ejecutivo, debiendo comprender
dicho examen, no solo la conformidad de las partidas gastadas por el
Presupuesto de Egresos, sino también la exactitud y justificación de tales
partidas.”
Más adelante aborda las atribuciones del
Ejecutivo encarnado en la figura presidencial:
“Art. 89.- Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes:
I.- Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión,
proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia.
III.- Nombrar los ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, con
aprobación del Senado.
IV.- Nombrar con aprobación del Senado los coroneles y demás oficiales
superiores del Ejército y Armada Nacional y los empleados superiores de
Hacienda.
VIII.- Declarar la guerra en nombre de los Estados Unidos Mexicanos, previa
ley del Congreso de la Unión.
IX.- Conceder patentes de corso con sujeción a las bases fijadas por el
Congreso.
X.- Dirigir las negociaciones diplomáticas y celebrar tratados con las
potencias extranjeras, sometiéndolos a la ratificación del Congreso Federal.
XI.- Convocar al Congreso o alguna
de las Cámaras a sesiones extraordinarias, cada vez que lo estime conveniente.
XVI.- Cuando la Cámara de Senadores no esté en sesiones, el Presidente de
la República podrá hacer provisionalmente los nombramientos de que hablan las
fracciones III y IV, a reserva de someterlos a la aprobación de dicha Cámara
cuando esté reunida.”
Si bien la Carta Magna ha reconocido, desde el principio, importantes atribuciones al Legislativo y le
reconoce facultades para el control de
las actividades del Ejecutivo, la realidad durante mucho tiempo ha sido
distinta. No obstante lo señalado por la ley, el régimen de partido único que
rigió la política mexicana durante gran parte del siglo XX sometió al Congreso
a la voluntad del Presidente de la República; con lo que las reformas o
propuestas enviadas por él, solían ser aprobadas sin mayor discusión.
Lo mismo ocurriría con los informes anuales de gobierno presentados por el
presidente bajo mandato de ley; mismos que los diputados se limitarían a
escuchar hasta 1988, cuando se rompe el protocolo tradicional y se genera la
primera interpelación colectiva de diputados de oposición en un informe.
Arrebatándose la palabra y pronunciando discursos y frases desde sus curules,
los diputados expresaban su repudio no solo al informe del entonces Presidente
Miguel de la Madrid Hurtado, sino también a los resultados de la elección de
ese mismo año.
REFORMAS: EL PODER LEGISLATIVO Y
EJECUTIVO
Con la reforma de 1977 se permitió el acceso de grupos y movimientos
minoritarios al Congreso con la figura de diputados plurinominales. Más tarde,
en 1986, la representación en la
Cámara de Diputados aumenta a doscientos
legisladores plurinominales, cifra que continúa hasta nuestros
días. Pese a esta reforma y a que, en primera instancia, podría considerarse
que el poder del Ejecutivo se vería
debilitado por contar con nuevas voces en contra; la realidad fue que el PRI
continuó teniendo una mayoría avasallante en las Cámaras. Las minorías y
oposición al mismo tiempo, jugaban un rol eminentemente simbólico, ya que su
argumentación no era tomada en cuenta y resultaba imposible considerar un
escenario en el que ganaran alguna votación.
En 1996, se aprobó la reforma que
incluiría a senadores plurinominales (treinta y dos), mismos que en
1997 serían electos por un periodo extraordinario de tres años y que
complementarían a los noventa y seis que habían sido electos en 1994 por
principio de mayoría y segunda minoría; conformando la cifra actual de ciento
veintiocho senadores.
Esta reforma, a decir del texto de Romeo Valentín: El proyecto político de Ernesto Zedillo Ponce de León y su relación con
el PRI, le restó al presidente mucha simpatía al interior de su partido
debido a que abría la posibilidad de terminar con su hegemonía. Hecho que sería
consumado tres años después con el ascenso del PAN a la presidencia. No fue
sino hasta 1997, que el partido en el gobierno pierde la mayoría en la Cámara
Baja, quedando los escaños de la siguiente manera:
Cámara de
Diputados[1]
|
Legisladores
|
|
Partido en el
Gobierno
|
Partido
Revolucionario Institucional
|
239
|
Oposición
|
Partido Acción
Nacional
|
121
|
Partido de la Revolución
Democrática
|
125
|
|
Partido del
Trabajo
|
7
|
|
Partido Verde
Ecologista de México
|
8
|
|
Total
|
500
|
Tabla 1 Cámara de Diputados año 1997
Por su parte, la elección de treinta
y dos senadores plurinominales que se
sumarían a los noventa y seis electos en
1994 y que culminarían el periodo comprendido hasta el año 2000, quedó de la
siguiente manera:
Cámara de
Senadores[2]
|
Legisladores
|
|
Partido en el
gobierno
|
Partido
Revolucionario Institucional
|
13
|
Oposición
|
Partido Acción
Nacional
|
9
|
Partido de la Revolución
Democrática
|
8
|
|
Partido del
Trabajo
|
1
|
|
Partido Verde
Ecologista de México
|
1
|
|
Total
|
32
|
Tabla 2 Cámara de Senadores año 2000
A pesar de que en el Senado el PRI
permaneció con mayoría absoluta, ya no contaba con los dos tercios de la
asamblea para hacer pasar las iniciativas; por lo tanto fue necesario establecer alianzas, entablar negociaciones y
tratar de sumar votos de otros partidos para lograr los objetivos.
No obstando las nuevas condiciones políticas en el país, y considerando que
ahora varios sectores al interior de su partido habían dejado de apoyarlo en
respuesta a la reforma política que debilitaría su poder y en respuesta a otras
reformas que afectaban a los sectores tradicionales que lo conformaban, Zedillo
logró conjuntar el apoyo de los otros partidos para hacer pasar sus propuestas.
Es entonces cuando puede empezar a hablarse de una verdadera oposición a
los, hasta el momento, inapelables designios del presidente. Tiempo después,
con la transición del partido al frente del gobierno, el papel del Legislativo
comienza a consolidarse como un contrapeso real para los otros Poderes de la
Unión, especialmente para el Ejecutivo.
Tesis
Para obtener el grado de
MAESTRA EN CIENCIAS POLÍTICAS
Presenta:
Lic. Gisela Santacruz Santacruz
[1]
Becerra, Ricardo. La mecánica del cambio político en México, elecciones,
partidos y reformas, Cal y Arena, México, 2001.
[2]
Ibidem…