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Sistema pluripartidista en México


Hasta ahora aunque había un sistema multipartidista pues participaban hasta 6 organizaciones políticas en los procesos electorales desde 1977, la realidad es que si nos atenemos a la definición de Sospedra de que: “En general, cabe calificar como multipartidista un sistema de partidos cuando el número de partidos relevantes es superior a tres…”[1], en México solo el PRI con su casi 70 por ciento de curules en la Cámara de Diputados y el PAN, con su poco más de 10%, eran los partidos relevantes, dejando a los demás en un  porcentaje no mayor al 15% como meros satélites de los dos partidos más representados. Así pues, en los hechos se vivía un “bipartidismo imperfecto” con dos partidos rondando el 80% de la representación legislativa y uno de ellos –el PRI– siempre manteniendo la mayoría absoluta. Ante esto, surgió otra vez la necesidad de hacer cambio en la legislación electoral para darle lugar a más fuerzas políticas, principalmente de izquierda, en la participación legislativa, aspecto que ya se vio desde la elección de 1988 cuando el PAN alcanza el 20% de la representación camaral, mientras que los otros partidos alcanzan en conjunto más del 20%, confinando al PRI a una apretada mayoría del 52% el porcentaje más bajo en su historia como partido político hegemónico en México.
          Fue luego de la crisis política de 1993-1994, con el asesinato del candidato oficial priista Luis Donaldo Colosio Murrieta, el surgimiento del movimiento zapatista (primero de manera armada y luego como expresión política e influyendo fuertemente en la opinión pública), que se visualizó luego de la llegada de Ernesto Zedillo Ponce de León a la presidencia de la república, como candidato del PRI, la construcción de una nueva reforma política, que sin duda sería base del fin de la era del partido hegemónico o dominante y metería a México por fin en un sistema electoral pluripartidista.


[1]Martínez Sospedra, Manuel. Introducción a los partidos políticos, Ariel, Barcelona, 1996, p. 122.

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